Ciudad Real fue fundada el año 1255 por el entonces rey Alfonso X, y aún conserva en sus calles vestigios de este pasado medieval y cristiano. Aunque aún es una desconocida para muchos, la capital de Castilla-La Mancha esconde muchos tesoros, entre los cuales varias referencias al manchego más universal: Don Quijote de la Mancha.
Qué hacer
De los cuatro kilómetros de murallas que durante la Edad Media protegieron Ciudad Real, hoy en día solamente se conserva la Puerta de Toledo, de estilo mudéjar, sobria y sin ornamentos. En su cara de extramuros aún se puede observar el escudo de armas de Castilla.
El peculiar estilo gótico de la ciudad queda plasmado en sus tres iglesias, entre las que destaca la iglesia de Santiago, la más antigua. Merecen atención las pinturas del ábside del altar mayor, que representan un dragón apocalíptico de siete cabezas que, según dicen, servía para proteger contra los malos espíritus.
En la peculiar Plaza Mayor se encuentra la Casa del Arco, antigua sede del ayuntamiento, que llama la atención por su arco de piedra y balconada de hierro, pero sobre todo por su curioso carillón. A ciertas horas del día se asoma al balcón una figura autómata de Don Miguel de Cervantes, y presenta a sus personajes Don Quijote de la Mancha y Sancho Panza.
¿Eres un auténtico fan de Don Quijote? Entonces no puedes perderte el Museo del Quijote-Biblioteca Cervantina, un lugar único con exposiciones audiovisuales y 4000 ejemplares de El Quijote en diferentes lenguas, entre las cuales el esperanto y el braille, y ediciones de 1724.
Cómo moverse
El centro de Ciudad Real se puede recorrer tranquilamente a pie o en bicicleta y para distancias más largas dispones de una red de autobuses urbanos. La estación del AVE de Ciudad Real conecta con otras ciudades españolas, como Madrid, Barcelona o Sevilla.